the joy of falling

The brief moment when you realize it’s too late can ignite your awareness into complete lucidity. The body braces for impact, and the mind is forced to let go. It is during this fleeting instant of…

Smartphone

独家优惠奖金 100% 高达 1 BTC + 180 免费旋转




Los dos pasos hacia Leo Messi

Es bien conocida la historia que vamos a contar, que de algún modo comienza con una revelación. Hace ya unos cuantos años, Pep Guardiola desveló el lugar que daba sentido a su profesión. Se acordarán. Una habitación, en un sótano, donde el de Santpedor, caída la noche, encontraba el escenario idóneo para imaginarse qué podía pasar el día de partido y cómo podía ayudar a sus jugadores. No es difícil imaginarse, por ejemplo, cómo en ese espacio Guardiola alumbraría lo que contaban Messi y Xavi aquí:

El hoy técnico del City tenía preparado un operativo táctico que dinamitaría la relación futbolística con aquel Real Madrid y a la postre con todo el continente durante tres años. Debe servir esta revelación para entender que, de este modo, Guardiola daba sentido a su profesión, pues estaba ayudando a sus futbolistas a ser mejores y ganar partidos. Una profesión dependiente de un juego que, en el fondo, en su esencia, no le pertenece al entrenador, pues el fútbol… es de los futbolistas. Y fue precisamente uno de sus alumnos más aventajados el que, además de demostrarlo sobre el campo, se lo dijo abiertamente. Fue el día que Dani Alves desobedeció a Guardiola, dando también sentido a su profesión, y abriendo un debate apasionante sobre la negociación y relación humana entre entrenador y futbolista.

En declaraciones al programa ‘Bem, amigos’, en julio de 2019, Dani Alves contó cómo a Guardiola le incomodaba salirse del proceso colectivo, uno que programaba ventajas desde la posición y construía la jugada para obtener un dominio integral del juego en todos sus momentos. Para eso, el itinerario clásico de Pep conseguía no perder apenas la pelota, en una secuencia de pases y una forma de entender el juego que no permitía saltar líneas ni dejar de dar pases de seguridad y proximidad con los que ir ganando metros, metiendo al rival en su campo. Esos pases de proximidad llevaban, de manera implícita, no jugar o dar aquellos erróneos que facilitaran la defensa del rival.

Si nos fijamos en las siguientes capturas, es fácil detectar, sin mayor contextualización ni análisis, que el pase que Alves realiza hacia Messi se salta al interior, y lo hace entregándole el balón cerca de la línea de cal, donde una de las salidas ya no es posible, pues el campo se termina, y además favorece al último defensor perseguir a Leo, que recibe de espaldas. Progresar así, y más en un equipo construido para avanzar juntos y asentar posiciones de sus once futbolistas, se hace mucho más complicado.

No vamos a profundizar en lo que hicieron Dani Alves y Lionel Messi en sus años en Barcelona, que pueden ver brevemente en este video. Si encuentran una sociedad más determinante y mágica jugando en esas posiciones, alcen la voz, porque será todo un descubrimiento.

En esa declaración de Alves se expresa una frase poderosísima, que habla de la personalidad del brasileño, de su profundidad analítica: “Como Messi tiene que estar preparado para definir, él debe estar conectado con el juego”. Una relación causa-efecto, que no tiene porque ser la realidad (Messi podría ganar partidos tocando dos pelotas en 90'), que de algún modo da sentido a la profesión de futbolista como un conjunto de relaciones en pos del bienestar del talento, en este caso uno que siempre estuvo muy por encima de ideas colectivas, por otro lado, completamente comprobadas como exitosas.

Lo que nos concede el motivo de este texto no es otro que trasladarnos ahora la responsabilidad de dar sentido a nuestra profesión, sea la de periodista, analista o aficionado inquieto, encontrando una relación posterior a esta genial desobediencia, reserva natural para los restos de este brutal juego. En mi caso, pues hay muchos caminos para seguir con esta historia, me pregunto si esa reveladora desobediencia puede conectar con uno de los principales males que sigue intentando sanar el Fútbol Club Barcelona como equipo y club, incluso como institución: rodear a Messi, recuperarle centrocampistas de indudable categoría y escalafón sin que eso disminuya la necesaria conexión y desobediencia de Messi para fluir libre.

Cabe por tanto preguntarse: ¿es compatible esta doble necesidad después de tanto tiempo buscando dicha solución sin encontrarla?¿Debemos asumir que la ocurrencia sobresaliente de Alves pudo derivar en una sobrealimentación que ha entremezclado la virtud con el vicio y la necesidad?

Me temo que algo de esto hay, como resumen de una situación en la que se sabe que Messi sigue siendo el mejor centrocampista del equipo, lo que lleva a pensar que sigue necesitando de alguien que cuestione esa valoración, como también, y aquí todavía se intuye sin saberse con exactitud, que el tiempo ha llevado a Messi a entender el fútbol desde la sobrealimentación. Quizás le falta al Barça lo más básico, una perogrullada: un Guardiola que lo centre y un Alves que lo desobedezca. En definitiva, tipos que entiendan a Leo, circunstancia nada sencilla que ya expuso de manera brillante Filipe Luis:

Add a comment

Related posts:

Aiming to be a Leader

Becoming a leader and taking responsibility can be difficult for some people. I have been hearing since high school that leadership is a very important trait to have in a work-field. At high school…